Mundo loco.
Llevo tiempo intentando agarrarme a tu cola. ¿Por qué la apartas? Me obligas a
tener los pies en el suelo, arrastrándome por las calles del otoño con la única
compañía de las castañeras. Qué se supone que hay que hacer entonces. Nos
obligas a sentirnos muertos por fuera para percatarnos de que estamos vivos por
dentro. Pero, ¿de qué sirve? La humanidad está triste. Puede que el canciller
ya no autorice privilegios, que el afilador no deambule más tocando su flauta, que
el sereno se haya vuelto diurno y las puertas no se abran en la noche o que haya
pasado el tiempo de los plateros célebres. Hasta los niños lo tienen claro y han
dejado de correr en tu busca.
Una vez más
intentamos no precipitarnos en círculos, mientras te diviertes castigándonos a tu
manera…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son inspiradores, alimentan el alma :)