Autor: Robert Louis Stevenson
Editorial: Roger
Año de Edición: 1998
Editorial: Roger
Año de Edición: 1998
Stevenson soñó un mar y creó una de las fábulas más hermosas de la historia de la literatura. Stevenson soñó un mar, lo que quiere decir que creó un mar, y hubo de darle moradores y barcos, pues los mares, si bien existentes desde antiguo, no son nada, o casi nada, sin una épica mundana.
Stevenson soñó un mar y le nació en el despertar una isla. Y un tesoro. Y unas criaturas humanas que tienen en la piel la emoción de lo soñado: el mar como pantano de aguas purísimas en el que lavar el inevitable légamo que arrastran los despertares encadenados a la vida convencional, a los mares convencionales.
“Sólo nos pueblan la memoria los personajes de Stevenson, y no por simples añoranzas de aventuras imposibles, o de vida en libertad salvaje, sino porque en su novela, la literatura, tiene la virtud de hacer compatible el deseo con la existencia: eso únicamente lo consiguen los sueños”
He escogido comenzar esta reseña con la cita final del prólogo de “La Isla del Tesoro”, porque me gustaría resaltar que el autor de esta novela logra su propósito de crear una historia posible de tantas que hayan tenido lugar con anterioridad en la vida real. Considero que el mayor valor de la historia que se relata es sin duda el hecho de que se trata de una aventura que perfectamente pudo haberse dado en realidad, guardando muchos puntos en común y respetando la época en la que acontece.
En segundo lugar, quiero resaltar que su corta extensión que ronda las 250 páginas, y los breves capítulos de los que está compuesta, hacen de ella una historia de aventuras dinámica y amena que resulta excitante a cada página, y en la que cada una de sus pequeñas partes contribuye a esta atmósfera y frescura propias del autor.
La historia se narra en primera persona por el chico protagonista, Jim Hawkins, a excepción de un pequeño tramo narrado por el doctor Livesey. Estos dos personajes junto con el Squire (hombre de alto nivel social) Trelawney, se embarcan en una aventura junto con el disciplinado y leal capitán Smollett, así como toda una tripulación de marineros piratas entre los que se encuentra el calculador cocinero Silver y su pata de palo, antiguo tripulante del temido y ya muerto dueño del tesoro, Capitán Flint.
La trama articula magistralmente las personalidades de cada carácter, así como la interacción entre todas ellas, creando los entresijos y estrategias propias de los hombres de mar y, más en concreto piratas. Aparece el pirata ávaro y sin escrúpulos, junto al conspirador y "cabecilla" de grupo, en contraposición con los marineros honestos y justicieros. El amotinamiento se cierne sobre los protagonistas desde el comienzo y se puede captar el ambiente típico derivado de actitudes de desconfianza y, a su vez, de lealtad/conveniencia para salvar la vida. Por otro lado, prima la vida ociosa y saber popular de los piratas reflejado en las canciones que entonan:
“Quince hombres van en el El Cofre el Muerto,
¡ay, ay, ay!, ¡la botella de ron!”
Así pues, esta historia contiene todos los elementos necesarios de una novela de piratas:
un mapa del tesoro, un viaje en el barco "La Hispaniola" a una isla misteriosa y una tripulación intrépida compuesta en su mayor parte por bucaneros.
"La Isla del Tesoro" se ha convertido en un auténtico clásico desde que se publicara por primera vez en el año 1883 en Londres y ha servido de inspiración en numerosas películas cinematográficas. Podemos hablar por tanto, de un referente en la novela histórica de aventuras.
Adaptación cinematográfica "La Isla del Tesoro", Disney, 1950 |
Tal y como reza la portada de la edición de la editorial Roger:
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