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miércoles, 12 de octubre de 2011

El comienzo


El tren va con 15 minutos de retraso. Cuarto vagón, plaza 168, asiento del pasillo. La chica que sería mi compañera de viaje, en asiento ventanilla me mira simpática y me explica:

- No tengo billete, he llegado tarde y no tuve tiempo de comprarlo.

- No te preocupes, yo tengo el asiento del pasillo - le excuso.

Sostiene un libro de matemáticas que ojea de manera distraída. Suspira. El libro cae al suelo en un intento por introducirlo en la maleta que lleva colocada en sus pies y me mira con risa nerviosa:

- ¿Me dejas pasar? Voy a buscar al revisor para comprar el billete y poder colocar la maleta.

Levanto mi bandeja del asiento donde apoyaba un libro de lectura y le dejo paso. La chica avanza por el pasillo del vagón arrastrando su maleta que cae al suelo al atravesar la puerta que da paso al siguiente compartimento del tren. Se da la vuelta y la recoge con esa expresión risueña e inquieta y desaparece a lo lejos...

Ocupo su asiento e intento escudriñar a través de la ventana el paisaje oscuro de la noche, escondido por la luz del interior del tren. Leo un par de páginas de mi libro, ya se avistan las primeras luces de la ciudad y me pregunto: 

"¿Por qué he esperado tanto tiempo?"    Ya es hora de comenzar a escribir algo.

La chica torpe y amigable no volvió a sentarse a mi lado...

Música: Saltando en los Charcos. Sigur Ròs

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