Y de repente, me encontré
bailando al compás de todas las cosas. Vi cómo se reconciliaban el sol y la
nieve y de ellos nacía el agua, que fluía junto a la tierra y ambos conformaron
la hierba, que a su vez se unía a aquella abeja, junto a la roca donde crecía
el arce plateado, cuyos brotes tiernos alimentarían a la peculiar ardilla
negra al primer atisbo de la primavera...
Quién diría que todo empezó
siendo una danza de únicamente dos, el Universo y yo :)
Hola, que impresion con la foto. te sigo mucha suerte con el blog. Saludos
ResponderEliminarPerfecto! posees una mente extraordinaria.
ResponderEliminarMe ha encantado, realmente precioso, corto y muy elaborado, enhorabuena!!
ResponderEliminarTienes nueva seguidora, un abrazo!!
Muchas graciass, encantadaa!
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