La veladura cubre el rostro y cómo no, su cruel amigo, óxido.
Si la herrumbre se alía con el verdín, entonces violenta aunque serena, anquilosa la intención primera.
Como una tiránica demanda, socava su destino y debilita imperiosa,
ese último camino...
Imagen. Blog Cuaderno de Bitácora_Historia del Arte.
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