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domingo, 1 de diciembre de 2013

El acantilado de Deir el-Bahari (Necrópolis de Beni Hasan)

La muchacha tebana apenas podía asomarse desde la última estancia excavada en la roca. Una altura casi sobrenatural que se hacía menos perceptible gracias a la serie de terrazas que la custodiaban a modo de escalera. La empinada calzada daba acceso al templo desde la llanura, en la orilla occidental del río, concretando un mismo plan de aunar fuerzas junto al enorme pórtico y así sucesivamente en cada piso. Las columnas, como soportes verticales, representaban una alegoría a la naturaleza, divisada por la tebana en el pequeño bosque que proporcionaba sombra al santuario. Si se arriesgaba a sortear la piedra en talud, al límite del elevado recinto, era premiada presenciando el vínculo entre el paredón de roca rojiblanca, arañada por la erosión, que en una fina línea se estrechaba, conjugándose con hileras de árboles armonizados con los pilares. Y allí, como un elemento más del paisaje, se mantenía presa, obligada a contemplar en lontananza la majestuosidad del escenario natural cuya combinación atemperaba un panorama exclusivamente pétreo. Nadie pudo adivinar que el cenotafio subterráneo, hundido en la montaña, quedaría vacío y sin nombre alguno... en Egipto, en la Tebas de hace 4000 años.


"El estudio de la antigüedad surte el anhelo de infinitas historias atrapadas en el tiempo que dotan a cada escenario de la grandeza y el misterio que emanan"

2 comentarios:

  1. " Todo vuelve a empezar y nada hay nuevo bajo el sol; el hombre no cambia aun cuando cambien sus hábitos y las palabras de su lengua. Los hombres revolotean alrededor de la mentira como las moscas alrededor de un panal de miel, y las palabras del narrador embalsaman, como el incienso, pese a que esté en cuclillas sobre el estiércol en la esquina de la calle; pero los hombres rehuyen la verdad. Yo, Sinuhé, hijo de Senmut, en mis días de vejez y de decepción estoy hastiado de la mentira. Por esto escribo para mí solo lo que he visto con mis propios ojos o comprobado como verdad. En esto me diferencio de cuantos han vivido antes que yo o vivirán después de mí. Porque el hombre que escribe y, más aún, el que hace grabar su nombre y sus actos sobre la piedra, vive con la esperanza de que sus palabras serán leídas y que la posteridad glorificará sus actos y su cordura. Pero nada hay que elogiar en mis palabras; mis actos son indignos de elogio, mi ciencia es amarga para el corazón y no complace a nadie. Los niños no escribirán mis frases sobre la tablilla de arcilla para ejercitarse en la escritura. Los hombres no repetirán mis palabras para enriquecerse con mi saber, Porque he renunciado a toda esperanza de ser jamás leído o comprendido. En su maldad, el hombre es más cruel y más endurecido que el cocodrilo del río. Su corazón es más duro que la piedra. Su vanidad, más ligera que el polvo de los caminos. Sumérgelo en el río; una vez secas sus vestiduras será el mismo de antes. Sumérgelo en el dolor y la decepción; cuando salga será el mismo de antes. He visto muchos cataclismos en mi vida, pero todo está como antes y el hombre no ha cambiado. Hay también gentes que dicen que lo que ocurre nunca es semejante a lo que ocurrió; pero esto no son más que vanas palabras. "

    Sinuhé el egipcio (fragmento)

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  2. Gran libro, "Por esto escribo para mí solo lo que he visto con mis propios ojos o comprobado como verdad.." ;)

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